Mi proceso de creación está en continuo movimiento, desde la observación, lo cotidiano,

las historias, la naturaleza, el sentimiento y la vida. Para mí, el acto de crear es una invitación a conectar conmigo a través de mis piezas y crear un vínculo significativo. Al compartir las joyas que creo, intento que otros se acerquen a mi mundo y entiendan un poco más mi esencia. Es una interacción que va más allá de lo superficial, un intercambio de energía que une a las personas de manera profunda y duradera.

Mis diseños son una manifestación artística profundamente personal, donde cada elemento se elige con mimo para transmitir emociones genuinas. Las decisiones tomadas en el diseño nunca son al azar, sino que fluyen naturalmente desde un impulso creativo interno. La combinación de formas y materiales intenta reflejar el deseo de comunicar algo más allá de lo tangible, algo que resuene en las personas a un nivel emocional. Considero que las joyas no solo son adornos, sino que pueden ser portadoras de historias, emociones y recuerdos.

Mi trabajo tiene, sin duda, una clara influencia de la isla de Menorca, donde nací y he vivido toda mi vida. Su encanto y carácter especial nutren mi creatividad y pasión por el diseño de joyas. Su luz y su fuerza, la naturaleza, el mar, su costa, ofrecen un lienzo inagotable de inspiración que se refleja en la esencia de mis creaciones. Todo ello me lleva a muchas de las formas, texturas y diferentes materiales con los que trabajo, siendo uno de los principales la plata925. Al fusionar mis experiencias de vida en Menorca con influencias externas como los viajes, la arquitectura, el arte y la música, intento que mis piezas cuenten historias únicas y evoquen emociones.